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Un exclusivo restaurante de $ 5.600 millones, entre los bienes de Mancuso que se embolataron
La semana pasada se conoció la denuncia del Gobierno Nacional, y del que fuera el máximo jefe de las extintas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), Salvatore Mancuso, ahora gestor de paz, acerca de que se “embolataron” unos 400 bienes que había entregado para reparar a sus víctimas.
Desde que se sometió a la ley de Justicia y Paz, en 2007, según aseguró el hombre que sucedió a Carlos Castaño en el extinto grupo armado organizado, entregó 500 propiedades, pero del 80 % de ellos no se tiene un inventario ejecutivo y se desconoce qué ocurrió con ellos.
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“Nos hemos dado cuenta que faltan alrededor de 400 bienes que no aparecen en las bases de datos como entregados por el Estado, eso significa que en todos estos años se han perdido una enorme cantidad de bienes”, dijo a periodistas el director de la Agencia Nacional de Tierras (ANT), Felipe Harman.
Ante este posible grave hecho de corrupción en las últimas dos décadas, se han venido conociendo cuáles son algunos de esos bienes perdidos, entre los que se encontraría un exclusivo restaurante que organizó uno de los señalado terratenientes y parientes de Mancuso, el italiano Giorgio Sale que falleció en Cartago (Valle del Cauca), en 2015, tras padecer cáncer.
Desde la Fundación Paz y reconciliación (Pares) revivieron la historia de este lugar, que en su momento publicaron en el portal periodístico Las 2 Orillas, donde recordaron que el lujoso establecimiento se ubicaba en exclusivo sector de el Alto Prado en el norte de Barranquilla (Atlántico).
Para finales de la década del 1990, el restaurante que se llamaba L’enoteca habría adquirido renombre, al punto que los platos tenían precios desde los 150 dólares, y allí se daban cita desde personajes de la farándula, hasta altos funcionarios del Estado.
El lugar se organizó gracias al músculo financiero del exjefe ‘para’ que habría invertido unos 3 millones de dólares para ponerlo en funcionamiento. Sale entonces invirtió unos 800.000 euros para proveerlo de lujosos implementos de cocina, y excentricidades como las de importar mesas desde Praga (República Checa) y manteles turcos, que en su momento costaron 400 dólares cada uno, algo que provocó la ira de Mancuso con su también primo.
Sin embargo, el lugar obtuvo un gran éxito y sirvió para que Sale iniciara contactos, supuestamente, con magistrados de las altas cortes, a los que invitaba a todo tipo de lujos entre ellos comer en L’enoteca o invitaciones con todo pago a destinos nacionales e internacionales.
Pero cuando cayó el imperio criminal de las AUC en el país y tras la extradición de Mancuso a Estados Unidos, por delitos de narcotráfico, también comenzó la persecución contra el italiano, que, además, se señala que fue el que permitió que se diera la asociación criminal del ‘expara’ con la mafia de la Ndrangheta, una de las más poderosas en el país europeo.
Según Sale toda la persecución en su contra era una retaliación de la administración del expresidente Álvaro Uribe Vélez.
“Miembros de ese gobierno vieron en mi la oportunidad de buscar un medio para atacar a la corte”, dijo el empresario en su momento.
Tras la denuncia de los bienes embolatados, Mancuso afirmó que ayudaría a ubicarlos para que se pueda cumplir con el propósito de reparar a las víctimas del paramilitarismo en el país.
Por esta perdida, también está trabajando la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas (Uariv), cuya directora, Lilia Solano, se reunió con el director de la ANT y el mismo Mancuso con el confirmaron de este nuevo señalado entramado.